9 mar 2009

CONFORMISMO E INDIFERENCIA

El conformismo y la indiferencia se producen en el ser humano cuando él percibe que será incapaz de hacer realidad y plasmar en su ser, como carne de su carne, aquella información intelectual que posee en su memoria.

La incapacidad de ir más allá del nivel verbal, produce en el ser humano un tedio y una especie de aburrimiento y estancamiento mental, que es el motor que lo empuja a auto-considerarse realizado, satisfecho, que ya no tiene nada más que investigar ni aprender.

Si bien es cierto que conoce todas las respuestas existenciales que la vida le exige ante cada desafío, en la práctica de la vida diaria e interiormente posee miedo, celos, orgullo, ira, ambición, deseos y por sobre todo rencor y resentimiento; mantiene vivas las opiniones, las teorías y sus creencias, o reniega de ellas condenándolas y juzgándolas por medio de la rebeldía, que inevitablemente surge como arma para defender su posición de incapacidad de realización.

Con el paso del tiempo la rebeldía es acomodada psicológicamente de acuerdo al nivel que supone debe tener la comprensión, y esa es la fórmula para disimularla, lo cual en realidad revela hipocresía.

La mente conformista e indiferente siente un estado de estancamiento insalvable, percibiéndolo a raíz de que permanentemente da vueltas y gira sobre lo mismo, hasta incluso en el mismo nivel intelectual-psicológico.

La mente cae en el conformismo y la indiferencia impulsadas por el miedo que le provoca la “posibilidad de perder” sus apegos y todo aquello que le brinda seguridad. El no tener la certeza, certificada por Dios, que nada va a perder, nada le va a pasar, lo incita a buscar la salida más cómoda al conjunto de sus intereses, usando para ello la verdad que conoce intelectualmente como salvavidas que lo pueda mantener a flote en su vivir y para mentirse a sí mismo, siendo esto nada más que una reacción del resentimiento frente a su impotencia.

El resentimiento que le provoca su impotencia lo obliga al aislamiento, exigiendo renovar todo el círculo de amigos y los lugares que frecuentaban juntos. Sólo conserva sus apegos más íntimos, esposa, hijos, padres, casa y auto.

Una vez que esta mente ya se encuentra en su auto-aislamiento toma la decisión, impulsada por el resentimiento, de desafiarse tratando de probarse a sí misma que es capaz de superar todo aquello que en algún momento consideró importante. Lo que esta mente no logra percibir es su propio resentimiento, que en definitiva nadie es culpable de su falta de valor, miedo e impotencia, que surgen de su propia incapacidad y de su desmesurada inseguridad.

La connotación psicológica que esta mente le da al vivir, se reduce a la entretención y la búsqueda de evasión permanente, siendo todo esto para ella la prueba de que es capaz de liberarse y que puede vivir sin aquello.

En esta mente nace como necesidad constante el estar tomándose examen a sí misma con el fin de auto-aprobarse y auto-convencerse que el desafío que ella misma inventó, es capaz de trascenderlo y que además es capaz de sostenerse en ello sin ser perturbada. Esto es realizado como una necesidad, puesto que necesita suplantar los desafíos reales que la vida le planteó y que fue incapaz de trascender, por los desafíos que ella misma inventa, los cuales, inevitablemente por supuesto, la hacen sentir que puede y es capaz de sustentarse por sí misma.

Esta mente es incapaz de relajarse, ya que debe estar permanentemente desafiando lo que es incapaz de incorporar a su mundo interior por medio de la comprensión.

La indiferencia y el conformismo estancan a la mente en el nivel verbal, en el nivel intelectual, lo cual impulsa al ser humano a transformar la vida y su vivir en una interpretación, en mera opinión, de allí la necesidad constante de los auto-desafíos intrascendentes para la real vivencia de su mundo interior, y para intentar encontrarse fuera del círculo del sufrimiento.

El conformismo y la indiferencia, no llevan al ser humano más allá o fuera del círculo de la ignorancia que domina a la mayoría de las mentes humanas, ellos sólo se encargan de llevar la mente a un estado de limbo en el cual ella se auto-satisface a sí misma. Este es el estado que la convierte en conformista e indiferente, puesto que pierde la pasión y el amor por aquello que ella misma sabe que es importante y trascendente, estancándose por medio de los auto-exámenes, siendo ella misma quien lo inventa, quien lo revisa y quien lo aprueba.

La dificultad para que esta mente salga de este estado reside en que debe volver hacia atrás, debe regresar al estado de querer aprender, pero la mayor traba y un obstáculo casi insalvable es que el miedo jamás permitirá esto tan fácil y tan simplemente.

Ante esta situación no queda más remedio que esperar que la teoría de la reencarnación de los hinduistas sea verdad, y que esta mente en la próxima vida se arriesgue y desafíe realmente su mediocridad actual. En realidad esto es lo que tendría que hacer en esta, vida ya que le gustan tanto los auto-desafíos pero... conformismo e indiferencia es lo que le da la sensación de vivir en seguridad, por lo tanto, todo quedará para la próxima vida. Evidentemente todo está supeditado a que la teoría de la reencarnación sea verdad. Una pregunta ¿Si no fue capaz en esta vida, por qué cree que será capaz en la otra? El conformismo y la indiferencia, en todo caso, jamás se plantearán eso. Por lo tanto, y para el conformismo de todos, dejemos todo tal cual está... por ahora.

En definitiva, el conformismo y la indiferencia se plasman en el ser humano a raíz del miedo de no conseguir lo que buscaba, lo que deseaba adquirir para sí, y al verse frustrado en sus logros (que sólo consisten en encontrar algo que le dé seguridad), puede más que la comprensión, y logra convencer al ser humano que todo aquello no tiene sentido alguno para su vida.

El miedo-ego crea la confusión interna, el caos, la división, el fraccionamiento, y este mismo miedo-ego es quien desea trascenderse a sí mismo. Cuando no lo logra cae en el conformismo y la indiferencia, lo cual le permite ser el dueño y el centro absoluto de la situación sin ningún tipo de cuestionamiento, mas por el contrario, todas sus acciones “rebeldes” están justificadas, argumentadas y eso lo coloca en el cenit de su existencia.

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